Skip to main content

Ética

Repensando la ética periodística

Una pregunta que me hacen con frecuencia cuando explico el enfoque de periodismo visual de El Surti – con sus memes, personajes llamativos y gráficos impactantes – es cómo garantizamos la objetividad y la neutralidad. La misma inquietud surge cada vez que hablo sobre cómo interactuamos con las audiencias. 

Desde nuestra fundación, mis cofundadores y yo hemos mantenido una postura crítica frente a estos principios, especialmente cuando se los presenta como universales e inmutables dentro de la industria. Crecimos viendo el daño que los medios tradicionales infligieron, en nombre de la imparcialidad, a algunos de los sectores más vulnerables del país: campesinos sin tierra, comunidades indígenas y habitantes de las periferias pobres. En lugar de visibilizar las dinámicas desiguales de poder, muchos medios las reforzaban. 

Algunos de estos medios retrataron históricamente luchas esenciales por derechos básicos – protegidos por la Constitución – como irracionales en el mejor de los casos y como criminales en el peor. En ocasiones, sus propietarios utilizaron a los medios como plataformas para borrar los límites entre el interés público y sus agendas políticas o económicas, fabricando consensos donde existía disenso o alimentando la polarización cuando lo que se necesitaba era comprensión. 

En El Surti, priorizamos la transparencia y la equidad por encima de la neutralidad y la objetividad. Respaldamos cada afirmación con datos, fuentes expertas y testimonios de primera mano – y también intentamos ser claros respecto a nuestra perspectiva. 

Nuestra audiencia puede señalar cuál es nuestra postura sobre la crisis climática, qué opinamos sobre la posición fundamentalista del gobierno respecto a los derechos reproductivos, o cuánto nos preocupa la influencia de actores que difunden desinformación. 

Tampoco hemos evitado la aplicación de la emoción en nuestro trabajo. La belleza, el humor y el suspenso que nuestras lectoras y lectores encuentran en nuestras historias les ha permitido acercarse a temas complejos. Lo mejor de nuestro trabajo ha contribuido a derribar prejuicios, despertar empatía y fortalecer un sentido de responsabilidad compartida. 

Nuestra visión y nuestro enfoque no son únicos. 

 La mayoría de los periodistas son conscientes del riesgo y acusaciones de que sus coberturas incurren, a veces, en prácticas extractivistas. Y especialistas de medios afirman que no se puede aplicar los valores tradicionales sin examinarlos críticamente. Parafraseando la observación de la Dra. Sue Robinson en How Journalists Engage: “Las y los periodistas de medios tradicionales han utilizado [los valores tradicionales como] una identidad para sostener el statu quo, incluso cuando este resulta problemático”.42  

También vale la pena recordar que la imparcialidad como valor central del periodismo es una invención relativamente reciente. En Estados Unidos, se necesitaron transformaciones sociales, económicas y culturales significativas para que la imparcialidad reemplazara al partidismo que definía a los periódicos del siglo XIX.43 En aquella época, el periodismo era ampliamente visto como una herramienta para fomentar la afiliación y la participación cívica de las clases protegidas. 

Otra verdad a menudo ignorada es que, para muchas personas, como escribió Natalia Antelava, directora editorial de Coda, “la neutralidad es un lujo”.44 Ella ofrece el ejemplo de periodistas negros en EE. UU., cuyo trabajo no puede separarse razonablemente de su existencia en una sociedad marcada por prejuicios sistémicos. 

Lo mismo puede decirse de cómo muchas audiencias se relacionan con los medios. 

Un estudio reciente que analizó las preferencias por noticias imparciales en 40 países – incluidos varios del Sur Global como México, Sudáfrica, Malasia y Brasil – reveló que, más allá de los sectores políticamente e ideológicamente comprometidos, los jóvenes, las mujeres y los grupos con menores ventajas socioeconómicas son sistemáticamente menos propensos a priorizar la objetividad en las noticias.45 Otro estudio encontró percepciones extremadamente negativas del periodismo de servicio público entre los grupos marginados en el Reino Unido.46 Les dijeron a los autores del informe que, hasta ahora, las noticias no están contribuyendo a resolver ninguno de sus problemas más cruciales: 

Por definición, las personas y comunidades marginadas necesitan un cambio sistémico para dejar de estar marginadas. Así que, a menos que el periodismo ofrezca una vía hacia la acción o el cambio – si no nos ayuda a vivir mejor o con mayor facilidad – para muchas personas seguirá siendo un producto vacío, con poco valor. 

⁴² Robinson, S. (2023). How Journalists Engage. A Theory of Trust-Building, Identities and Care. Oxford University Press.

⁴³ Ryfe, D. (2006). News, Culture and Public Life. Journalism Studies, 7(1), 60-77.

⁴⁴ Coda Story. (2025). The capture of journalism and the illusion of objectivity. Retrieved from https://www.codastory.com/authoritarian-tech/the-capture-of-journalism-and-the-illusion-of-objectivity/

⁴⁵ Mont’Alverne, C. et al. (2025). Who Wants Impartial News? Investigating Determinants of Preferences for Impartiality in 40 Countries. International Journal of Communication, 19, 1581-1603.

⁴⁶ Hayat, A. et al. (2025). News for All. The Story so Far: Participatory Research Report. Media Cymru.